Como dice uno de los más festejados chistes del ambiente académico, un economista es alguien que predice qué va a pasar y después explica por qué no pasó.
PerFIL consultó a varios de los más importantes analistas del país justamente para que dieran su versión sobre por qué nadie pudo ver venir el tsunami.
Esbozan algunas claves: no se puede trabajar en Wall Street y ser pesimista, las burbujas se perciben sólo cuando estallan y existe un evidente conflicto de intereses entre analistas que calificaban el riesgo de productos financieros que luego ellos mismos ofrecían a sus clientes.
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