Hace ya 120 años, los primeros grupos de judíos que escapaban de las persecuciones zaristas comenzaron a llegar a la argentina, donde fundarían colonias con la ayuda del barón Hirsch.
Muchos ni sabían a dónde arribaban, pero rápidamente adoptaron a este país como propio y trabajaron duro. La mayoría se asentó en la provincia de Entre Ríos, donde fundaron cooperativas y tuvieron una activa vida cultural. El éxodo de los jóvenes dejó esas tierras casi sin población.
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