Hernán Dobry

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31 julio, 2021

“Quería llegar para no decepcionar a nadie”

Existen pocos jugadores que pueden darse el lujo de pertenecer a la élite del polo a nivel mundial y son menos aun los que consiguen permanecer en ese lugar durante más de dos décadas en forma ininterrumpida.
Gonzalo Pieres es uno de ellos. Para eso, divide su vida entre Miami, Inglaterra y la Argentina, en los que pasa un cuatrimestre en cada uno participando en los torneos más importantes de este deporte.

Hernán Dobry (HD): ¿Qué te queda por ganar?
Gonzalo Pieres (GP):
Nada. Quiero volver a ganar los torneos más importantes y, obviamente, el que más me importa en la Argentina es el Abierto. La sensación es muy linda. Cuando juego afuera, quiero ganar el US Open, la Copa de Oro de vuelta, la Reina, son muy difíciles de lograr y llegar. La parte buena es que ya los puede ganar. Quiero repetirlo porque es una sensación linda.

HD: ¿Cómo te ves en el futuro ya que tenés 38 años?
GP:
Se ha ido estirando un poco la edad activa en el polo. Nuestra generación empezó a entrenar más físicamente. En 2005-2006, comenzamos a viajar con Pablo Erbin, quien nos ayudó un montón y a profesionalizar un poquito más el estado físico. Eso, por ahí, permitió que puedas estirar la carrera un poco más desde los 40 hasta cerca de los 50.

HD: ¿Qué pensás hacer cuando te retires?
GP:
Trato no pensar mucho. Hoy tengo 38 y me imagino que puedo mantenerne en el alto nivel unos siete años más, hasta los 45, comparándome con otros jugadores. Después, tengo un hijo varón que también le gusta el polo. Mucho más no sé hacer. Me imagino ligado al polo y tratando de apoyar a mi hijo si realmente le gusta, así puede tener las mismas posibilidades que me dieron a mí.

HD: ¿Qué sentís antes de jugar esos partidos definitorios?
GP: Son lindos, muchas veces nerviosismo, pero estoy agradecido de estar ahí en los momentos importantes y quiero que me salga todo lo que planeé, tratar de jugar el mejor partido posible con el equipo para lograr el objetivo. Muchas veces, no sabés cuándo se te pueden dar de vuelta esas situaciones.

HD: ¿Cómo es la sensación cuando vas a casi 70 kilómetros por hora arriba de un caballo?
GP:
Al momento de jugar, siento que el caballo y yo somos lo mismo. No me doy cuenta de que estoy arriba, trato de que me salga lo que planeé, busco a algún compañero. Me siento cómodo, le tengo confianza, la adrenalina no la siento tanto ahí. Cuando veo partidos en los que no estoy jugando, me doy cuenta de que es un deporte peligroso, que hay jugadas que se deciden muy rápido, pero solo me pasa desde afuera. Les debe ocurrir a varios que estando arriba del caballo pierden el miedo.

HD: ¿En qué momento sentís esa adrenalina?
GP:
Antes de arrancar, pero una vez que comienza ya estás metido en otra cosa.

HD: ¿Qué te pasó por la cabeza cuando jugaste tu primer Abierto en la Argentina?
GP:
Me enteré la noche anterior que me tocaba jugar. Por un lado, tenía unas ganas bárbaras y, por el otro, estaba asustado. La verdad es que mi debut fue una linda experiencia, tuve la suerte de poder jugar con papá con 16 años.

HD: ¿Y en 2008, cuando lo ganaste por primera vez?
GP:
Un alivio. El Abierto es algo que nos ha costado bastante, estuvimos cerca en 2005, 2007 y se dio en 2008. Uno se da cuenta de que ganar es algo bárbaro, pero muchas cosas no cambian, no pasaste a ser el mejor. Así como ganaste, tenés que prepararte para lo que se viene. Pasás una semanita contento, lograste un objetivo y la gente te reconoce. Los polistas siempre tenemos el sueño de ganar el Abierto, llegar a los 10 goles de handicap y mantenerte o tratar de hacerlo más veces. Ganar el Abierto y llegar a 10 es un poco completar la carrera, no todos lo pueden hacerlo, son pocos los que lo han logrado.

HD: ¿Qué sentiste cuando lo conseguiste?
GP:
Es un logro, llevo el mismo nombre que mi papá que fue el mejor jugador de la historia desde los 80 hasta finales de los 90 que apareció Cambiasso. Siempre sentí un poco la presión de tener que llevar el apellido y mantener el nombre. Jugué desde más chico que otros de mi categoría y quería llegar para no decepcionar a nadie, menos a mí. Cuando lo conseguí, estaba contento, era algo para lo que siempre había jugado.

HD: ¿Cuánto te pesó el llevar el mismo nombre y apellido de tu padre?
GP:
Tiene lo bueno y lo malo. Lo bueno es que papá arrancó esto desde abajo, llegó a ser el mejor y nosotros, por suerte, fuimos cosechando todo lo que él había logrado. En otros deportes, si tu padre fue exitoso no es tan fácil para los hijos o no les gusta tanto o no tienen el mismo nombre, se les hace difícil. No es fácil llegar a vivir de un deporte o ser bueno en algo. Estoy orgulloso de que los tres hermanos que nos dedicamos nos gusta esto, pudimos alcanzar a un alto nivel y mantenerlo. Llegamos a lo que queríamos.

HD: ¿Qué te significó el haber bajado a 9 de handicap?
GP:
Me dolió un poco. Llegar fue una linda sensación, sin embargo, fui aprendiendo que no es solo individual, porque si estuviste muy bien y tu equipo no ganó, no te lo modifican. Esto les pasa a tres o cuatro equipos en la Argentina. Nosotros teníamos 40 goles, perdimos dos finales y, por ahí, te dicen que no pueden tenerlos si perdieron. Me molestó un poco estar en esa situación, pero sabía que podía pasar. Sin embargo, siento que estoy jugando mejor, igual o parecido. Sé que tenemos que ganar el Abierto para llegar, no es que si juego muy bien me lo van a tocar.

Para revivir la entrevista que le realizó Hernán Dobry al polista Gonzalo Pieres en su programa “Voces y memorias”, que se emite por Eco Medios AM 1220 los martes a las 20, haga clic en los banners.


“Quería llegar para no decepcionar a nadie”
El polista Gonzalo Pieres visitó el programa “Voces y memorias” por Eco Medios AM 1220 el martes 27 de julio de 2021.

Existen pocos jugadores que pueden darse el lujo de pertenecer a la élite del polo a nivel mundial y son menos aun los que consiguen permanecer en ese lugar durante más de dos décadas en forma ininterrumpida.
Gonzalo Pieres es uno de ellos. Para eso, divide su vida entre Miami, Inglaterra y la Argentina, en los que pasa un cuatrimestre en cada uno participando en los torneos más importantes de este deporte.

Hernán Dobry (HD): ¿Qué te queda por ganar?
Gonzalo Pieres (GP): Nada. Quiero volver a ganar los torneos más importantes y, obviamente, el que más me importa en la Argentina es el Abierto. La sensación es muy linda. Cuando juego afuera, quiero ganar el US Open, la Copa de Oro de vuelta, la Reina, son muy difíciles de lograr y llegar. La parte buena es que ya los puede ganar. Quiero repetirlo porque es una sensación linda.

HD: ¿Cómo te ves en el futuro ya que tenés 38 años?
GP: Se ha ido estirando un poco la edad activa en el polo. Nuestra generación empezó a entrenar más físicamente. En 2005-2006, comenzamos a viajar con Pablo Erbin, quien nos ayudó un montón y a profesionalizar un poquito más el estado físico. Eso, por ahí, permitió que puedas estirar la carrera un poco más desde los 40 hasta cerca de los 50.

HD: ¿Qué pensás hacer cuando te retires?
GP: Trato no pensar mucho. Hoy tengo 38 y me imagino que puedo mantenerne en el alto nivel unos siete años más, hasta los 45, comparándome con otros jugadores. Después, tengo un hijo varón que también le gusta el polo. Mucho más no sé hacer. Me imagino ligado al polo y tratando de apoyar a mi hijo si realmente le gusta, así puede tener las mismas posibilidades que me dieron a mí.

HD: ¿Qué sentís antes de jugar esos partidos definitorios?
GP: Son lindos, muchas veces nerviosismo, pero estoy agradecido de estar ahí en los momentos importantes y quiero que me salga todo lo que planeé, tratar de jugar el mejor partido posible con el equipo para lograr el objetivo. Muchas veces, no sabés cuándo se te pueden dar de vuelta esas situaciones.

HD: ¿Cómo es la sensación cuando vas a casi 70 kilómetros por hora arriba de un caballo?
GP: Al momento de jugar, siento que el caballo y yo somos lo mismo. No me doy cuenta de que estoy arriba, trato de que me salga lo que planeé, busco a algún compañero. Me siento cómodo, le tengo confianza, la adrenalina no la siento tanto ahí. Cuando veo partidos en los que no estoy jugando, me doy cuenta de que es un deporte peligroso, que hay jugadas que se deciden muy rápido, pero solo me pasa desde afuera. Les debe ocurrir a varios que estando arriba del caballo pierden el miedo.

HD: ¿En qué momento sentís esa adrenalina?
GP: Antes de arrancar, pero una vez que comienza ya estás metido en otra cosa.

HD: ¿Qué te pasó por la cabeza cuando jugaste tu primer Abierto en la Argentina?
GP: Me enteré la noche anterior que me tocaba jugar. Por un lado, tenía unas ganas bárbaras y, por el otro, estaba asustado. La verdad es que mi debut fue una linda experiencia, tuve la suerte de poder jugar con papá con 16 años.

HD: ¿Y en 2008, cuando lo ganaste por primera vez?
GP: Un alivio. El Abierto es algo que nos ha costado bastante, estuvimos cerca en 2005, 2007 y se dio en 2008. Uno se da cuenta de que ganar es algo bárbaro, pero muchas cosas no cambian, no pasaste a ser el mejor. Así como ganaste, tenés que prepararte para lo que se viene. Pasás una semanita contento, lograste un objetivo y la gente te reconoce. Los polistas siempre tenemos el sueño de ganar el Abierto, llegar a los 10 goles de handicap y mantenerte o tratar de hacerlo más veces. Ganar el Abierto y llegar a 10 es un poco completar la carrera, no todos lo pueden hacerlo, son pocos los que lo han logrado.

HD: ¿Qué sentiste cuando lo conseguiste?
GP: Es un logro, llevo el mismo nombre que mi papá que fue el mejor jugador de la historia desde los 80 hasta finales de los 90 que apareció Cambiasso. Siempre sentí un poco la presión de tener que llevar el apellido y mantener el nombre. Jugué desde más chico que otros de mi categoría y quería llegar para no decepcionar a nadie, menos a mí. Cuando lo conseguí, estaba contento, era algo para lo que siempre había jugado.

HD: ¿Cuánto te pesó el llevar el mismo nombre y apellido de tu padre?
GP: Tiene lo bueno y lo malo. Lo bueno es que papá arrancó esto desde abajo, llegó a ser el mejor y nosotros, por suerte, fuimos cosechando todo lo que él había logrado. En otros deportes, si tu padre fue exitoso no es tan fácil para los hijos o no les gusta tanto o no tienen el mismo nombre, se les hace difícil. No es fácil llegar a vivir de un deporte o ser bueno en algo. Estoy orgulloso de que los tres hermanos que nos dedicamos nos gusta esto, pudimos alcanzar a un alto nivel y mantenerlo. Llegamos a lo que queríamos.

HD: ¿Qué te significó el haber bajado a 9 de handicap?
GP: Me dolió un poco. Llegar fue una linda sensación, sin embargo, fui aprendiendo que no es solo individual, porque si estuviste muy bien y tu equipo no ganó, no te lo modifican. Esto les pasa a tres o cuatro equipos en la Argentina. Nosotros teníamos 40 goles, perdimos dos finales y, por ahí, te dicen que no pueden tenerlos si perdieron. Me molestó un poco estar en esa situación, pero sabía que podía pasar. Sin embargo, siento que estoy jugando mejor, igual o parecido. Sé que tenemos que ganar el Abierto para llegar, no es que si juego muy bien me lo van a tocar.

Para revivir la entrevista que le realizó Hernán Dobry al polista Gonzalo Pieres en su programa “Voces y memorias”, que se emite por Eco Medios AM 1220 los martes a las 20, haga clic en los banners.

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