Hernán Dobry

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27 mayo, 2022

“Voy creando los personajes a mi gusto, que no es el de cada lector”

Florencia Canale pareciera no tener descanso, al punto de que asombra su capacidad de producción. Año tras año, ha acostumbrado a sus lectores a esperar la llegada de un nuevo libro, de una nueva historia sobre las pasiones argentinas.
Esta vez, se ha adentrado en un terreno complejo: contar una historia que previamente había sido un éxito del cine, pero que, hasta ahora, no contaba con una novela escrita: La vida de Camila O’Gorman.
Nada de esto la amilanó. Por eso, se abocó a la escritura de “Pecadora: La pasión más sagrada y prohibida de nuestra historia”, tras haber publicado en 2020, el relato que une a ambas: “La Libertina: Madame Périchon, La historia desconocida de la espía más seductora del Río de la Plata”.

Hernán Dobry (HD): El libro lo escribiste en tiempo récord ya que a principio de este año estabas presentando la “Libertina” y ahora, ya estás con “Pecadora” en la calle nuevamente. ¿Cómo hiciste para trabajar tan rápido en este nuevo libro?
Florencia Canale (FC):
La novela salió hace un mes y estaba presentando “Libertina”. Pero están relacionadas, son parientas, una agrega datos a la otra. En realidad, publico una novela por año, pero claro, la tenés en la calle en octubre, pero la entregué en mayo y, ahí, tengo ese tiempo para buscar materiales para la próxima novela. Todavía no di vuelta de página y ya estoy pensando en la que viene.

HD: ¿Qué es lo que te atrajo para darle esta vuelta de rosca a una historia que ya fue un éxito y hasta se hizo una película?
FC:
Fue el camino inverso. La historia de Camila O’Gorman se hizo popular a partir de esa película de la década de los ’80, de María Luisa Bemberg. Fue muy taquillera y la historia entró en la mente de todos, pero no se había escrito la novela de Camila. Entonces, necesitaba entender como dos jóvenes llegan a morir fusilados por amarse, transgrediendo las normas y llevando adelante un amor prohibido. En los libros de historia, ese acontecimiento fatal se toca, porque fue usado políticamente por la oposición. Se contaba el fusilamiento de Camila O’Gorman, pero los textos no se explayaban en quién había sido esta chica, cómo es qué llegan a morir por amor. Eso fue más que suficiente, además, la tragedia más horrorosa del siglo XIX, nuestra tragedia griega, shakesperiana. ¿Cómo no escribir sobre eso? Escribo sobre la pasión, sobre la pasión argentina. Esta historia es pura pasión.

HD: Todas tus novelas transcurren en el siglo XIX y, muchas veces, hay poca imagen de los personajes ¿Cómo trabajás la composición de cada uno de ellos?
FC:
No me costó nada, te voy a ser sincera. En definitiva, la reproducción de época que hace María Luisa Bemberg es un poco anacrónica. La actriz que interpretó a Camila era una mujer más grande ya que ella muere a los veinte años recién cumplidos. Por supuesto, para muchas lectoras es difícil quitarse a Imanol Arias del inconsciente, porque además la película si fue famosa e inquietante por algo fue por la tensión sexual entre ellos, que era realmente inquietante. No tuve ese problema. No vi la película nuevamente, sólo algunos fragmentos para corroborar algunos errores de época. Tenía mi Camila en mente y también a Ladislao. Además, tenía que reconstruir a los niños, debía ir armando el devenir de estas dos personas.

HD: ¿Cómo fue el proceso de trabajo para llegar a eso, porque la parte final de la historia es la conocida y la más documentada, pero de la de su juventud no existe casi nada?
FC:
Ahí está la ficción, sin embargo, bueno, la reproducción de algunos historiadores, contando como era ella desde niña, que ella era lectora, curiosa, inquieta. Eso ya me arma como era esa niña diferente o perturbadora para esos padres. Que las mujeres fueran lectoras en esa época, era un peligro. Tener una hija lectora para ese padre ya era una complicación, además era un poco artista, tocaba el piano, cantaba.

HD: Era un deja vú de su propia madre…
FC:
Exactamente, por eso el espanto multiplicado. Era la confirmación de ese vínculo con esa madre tan compleja, una francesa libre, desprejuiciada, colorida, provocadora, inquietante, Más que madre fue mujer. Para un hijo varón fue difícil tener después una hija con la cabeza “perturbada”. Por eso, él pide el castigo ejemplar cuando se entera de lo que sucedió, de la fuga de su hija con el cura del Socorro, Ladislao Gutiérrez. De ellos, no hay grabados o pinturas como es más fácil con Juan Manuel de Rosas o José de San Martín, sin embargo, hay un daguerrotipo que circula, no está confirmado que sea ella, pero lo tomo. El padre da la descripción de su hija y de ese “sátiro” que la tiene secuestrada. Ahí, armo como si fuera una escultora con masa, voy creando a mis personajes a mi gusto, que no es el de cada lector. Eso es lo fascinante de la lectura, cada uno se inventa sus propios cuerpos. Eso está muy bien.

Para revivir la entrevista que le realizó Hernán Dobry a la escritora Florencia Canale en su programa “Voces y memorias”, que se emite por Eco Medios AM 1220 los martes a las 20, haga clic en los banners.

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