La peste, que ha sembrado desconcierto por las calles de la urbe y que ha reducido a soledad y miedo a sus habitantes, ha decantado también en semillas creativas, en aquellos cronistas que percibieron la angustia existencial del hombre, atrapado entre los fantasmas de la pestilencia y de la prematura muerte.
El miedo, la soledad, la desconfianza y el hastío han dado cuerda no sólo a los escritores, sino también a los músicos, que en su afán testimonial dejaron para los tiempos por venir la meticulosidad de su visión y el arte de su sentir.
El director de orquesta Exequiel Mantega es una artista de sólida formación y sensibilidad manifiesta, que a través de su obra nos sumerge en ese universo del hastío y la soledad conjetural.
Mario Dobry (MD): ¿Qué significó en tu creación artística esta suerte de peste fantasmagórica, que cursa miedos, y que no se ha metido en nuestras casas y aislado?
Exequiel Mantega (EM): Un poco como a todos los primeros quince días. Imagínate que habíamos terminado un año y medio de obra en mi casa y el día que ponemos la última llavecita del horno, sale Alberto diciendo: “muchachos, adentro quince días”. Nosotros festejamos, dijimos “un ratito de paz”, ya que hacía un año y medio que nos levantábamos a las seis todos los días sin parar. Después, caer en la realidad, que se empezó a caer todo, las giras, los conciertos. Esta obra iba a ser estrenada el 14 de octubre de 2020, con la Münchner Symphoniker en Alemania. Todo muy lindo muchachos, pero se acabó. Se terminó para todos lo que era la antigua realidad, y modificar la cabeza y empezar a entender esto. Antes nos encontrábamos en la radio y hoy estamos acá frente a una camarita y un micrófono. Antes de la pandemia, no hacía falta. Me parece que a nivel artístico es lo que nos pasa humanamente, nos tenemos que adaptar a esta situación. En mi caso, en el de la gente que compone, siempre digo que necesito agua, comida y componer, cosas muy simples y básicas. Para mí, componer es una necesidad vital. Hacerlo en las situaciones que sean, es lo que soy. Mi mujer también es música, hacemos proyectos, necesitamos eso. La situación de componer es bastante solitaria, un poco meditativa si se quiere, pero es el inicio o la semilla de un futuro encuentro, ensayo, grabación, gira. Todo eso va mancomunado, cuando la futura cosecha de la semilla no está tan clara es raro, es como que el objetivo empieza a desdibujarse, pero es la que nos toca, hay que seguir.
Hernán Dobry (HD): ¿De dónde sacaste esa explosión compositiva ya que esta obra se gestó durante el comienzo de la pandemia cuando el incentivo de la gira, el concierto no estaba?
EM: No sé, en un principio de la pandemia un poco como nos pasó a todos, salimos corriendo a la ferretería a comprar pintura, arreglar la casa, los muebles, parecía que teníamos un montón de tiempo, hasta que nos dimos cuenta de que vivir en la casa una cosa son ocho horas y otra veinticuatro. Tenemos una hija de diez añitos recién cumplidos y ya pasó dos cumpleaños en pandemia. Rearmar todo eso fue como un acomodo extraño y el quehacer artístico también fue tratar de acomodarse. En principio, se cambiaron los horarios. Soy bastante rutinario, me gusta levantarme a la mañana, soy un matutino, más que el clásico compositor bohemio tomando whisky hasta las cuatro de la madrugada. El whisky me gusta, pero a esa hora ya no sirvo. Lo que más me pasó fue como un acomodo, tratar de encontrarle la vuelta a volver a una rutina de trabajo. La composición tiene una parte que es el momento creativo, pero hay un montón de otras tareas como editar, borrar, volver a releer, analizar, sacar, reestructurar, ver qué pasa con la forma y tomar clases. Tomé bastantes clases, eso estuvo bueno, tomé clases con Vince Mendoza que es un arreglador que vive en Los Ángeles y trabajó con Sting, Joni Mitchel, esas personas que parecen una especie de superhombres, y maneja la orquesta como un instrumento increíble. Eso estuvo bueno y, a la vez, fue como un motor de este trabajo, de esta composición que fue también como un ida y vuelta con él. Fue interesante, la verdad es que estuvo bueno.
Si querés ver o escuchar la entrevista completa que le realizaron Hernán y Mario Dobry al director de orquesta Exequiel Mantega en su programa “Letras y corcheas”, que se emite por Eco Medios AM 1220 los jueves a las 22, hacé clic en los banners.
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