Hernán Dobry

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12 abril, 2019

“El radicalismo reivindica la honestidad en el servicio público”

“Soy radical por muchas cosas. Sobre todo, porque es el partido que trata de buscar un equilibrio entre la libertad y la igualdad, porque además defiende con mayor énfasis las instituciones y reivindica la honestidad en el servicio público”, asegura el ex ministro de Justicia de la Nación, Ricardo Gil Lavedra, en el programa “Voces y Memorias” que se emite por Eco Medios AM 1220 Mhz.
El ex juez de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional reconoce que sobre el final de la última dictadura militar comenzó a sentir simpatías por el partido, por el cual, años más tarde, ocuparía una banca como diputado nacional (2009 y 2013).
“Creo que me afilié en esa época, puede haber sido inmediatamente después de Malvinas, cuando se abre la parte electoral, la posibilidad de volver a la democracia – recuerda -. Lo hice en un local de la calle Charcas y Pueyrredón, fui con un amigo, con quien después fuimos compañeros en la Cámara, Andrés D’Alessio, y juntos nos afiliamos”.
Si bien ha tenido una larga carrera política vinculada al radicalismo, Gil Lavedra se reconoce más cómodamente como abogado, pese a haber ocupado tanto el cargo de magistrado como el de ministro de Justicia.
“El destino quiso que estuviera en los tres poderes. Probablemente, las posibilidades de hacer justicia sea algo que me siga motivando, defender alguna causa justa, poder hacer realidad algún principio de justicia, eso es bueno, aunque uno choca con mayores realidades – señala -. A mí, me entusiasma la cuestión de poder plantear la estrategia del caso y llevarla a la práctica. Sinceramente, a mí no me disgusta ejercer como abogado. También, lo disfruté siendo juez o legislador, pero me siento bien abogado”.
Pese a haber mantenido una estrecha relación de trabajo y amistad con el ex presidente Raúl Alfonsín, y destacar que era un “hombre que miraba el futuro, siempre miraba hacia adelante”, señala que la promulgación de la Ley de Obediencia Debida fue un golpe que le costó asimilar y que terminó con su lugar en la Cámara Federal.
“Sentí que había terminado una etapa, ahí todos de una u otra manera, la Cámara se despobló en unos meses, nos fuimos todos a distintos lados. Fue duro, pero no como la frustración que viví durante los indultos – resalta -. La ley de Obediencia Debida no se la puede justificar ni jurídica ni moralmente, pero por cierto políticamente permitió la subsistencia en ese momento del régimen y permitió, también, que muchos años después pudiera completarse el pedido de justicia de un modo por supuesto más completo y detallado”.
Más allá de este hecho, destaca la figura de Alfonsín como mandatario, quien fue criticado en la coyuntura, durante su gobierno y a quien, luego, “el tiempo le fue dando la razón en muchísimos aspectos”.
“Era un hombre que reivindicaba lo mejor de la política, transparente, honesto, luchador, aguerrido. La historia cada vez va a agigantar más su figura porque quedará como un arquetipo de lo que significa un dirigente político, la política de un contenido aparte”.
En contraposición, Gil Lavedra señala que, en la actualidad, se vive un “política más light, más edulcorada e insípida”, de la cual, Alfonsín “es la antítesis”, ya que representa una “con ideología, que no depende de un focus group o de una encuesta de opinión”.
“Él decía que la función del político no era ser un seguidor de encuestas, sino que debía tener una función docente, luchar con sus ideas y tratar de convencer, persuadir al pueblo. Ése es el rumbo correcto, sobretodo con un gran sentido de unión nacional”.
Ricardo Gil Lavedra egresó como abogado de la Universidad de Buenos Aires. Al año siguiente, se desempeñó como secretario relator del Ministerio de la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires.
En 1974 y 1975, fue secretario letrado con jerarquía de juez en primera instancia de la misma Corte provincial. Entre 1976 y 1978, actuó como secretario letrado de la Corte Suprema de Justicia y, luego, como subgerente de Asuntos Legales del grupo Pérez Companc.
A su vez, se desempeñó como juez de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional de la Capital Federal, cargo por el que integró el tribunal que en 1985 realizó el Juicio a las Juntas.
También, fue vicepresidente del Comité contra la tortura de las Naciones Unidas y el presidente Raúl Alfonsín lo designó como secretario del Interior. Durante el gobierno de Fernando de la Rúa, estuvo a cargo del Ministro de Justicia y Derechos Humanos de la Nación.
Luego, se desempeñó como juez ad hoc de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y como conjuez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Entre 2009 y 2013 ocupó la banca de diputado nacional por la Unión Cívica Radical.
Gil Lavedra es profesor consulto de la Facultad de Derecho en la Universidad de Buenos Aires y coordinador general del programa Justicia 2020, del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. Además, fue miembro del Tribunal de Disciplina de Conmebol y autor de numerosas publicaciones sobre Derecho.
Para revivir la entrevista que le realizó Hernán Dobry a Ricardo Gil Lavedra en su programa “Voces y memorias”, que se emite por Eco Medios AM 1220 Mhz los martes a las 20, hacer clic en el banner.

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