Hernán Dobry

Historias y noticias

Radio

3 agosto, 2020

“Encontré en la poesía una especie de refugio”

Hay muchas formas de definir a Reynaldo Sietecase, pero ninguna encaja con tanta precisión como la de poeta, a pesar de que el público masivo suele identificarlo más con su profesión de periodista, conductor de radio y televisión o escritor de ficción.
Sin embargo, es en el verso donde se siente realmente en su mundo y con la libertad para expresar sus sentimientos más íntimos y profundos, como lo ha venido haciendo desde que tiene 16 años.
En una entrevista exclusiva con el programa “Letras y corcheas”, que se emite por Eco Medios AM 1220 los jueves a las 22, el poeta rosarino cuenta cómo es su proceso creativo a lo largo de su vida, que dio como resultado su más reciente libro “Lengua sucia: antología personal”.

Mario Dobry (MD): En tu poema “Maldito”, de tu libro “El amor muerde”, decís que “el arte implica desmesura, disciplina, vocación para el vuelo y las caídas” ¿qué es para vos el arte poético y cómo describirías su funcionalidad?
Reynaldo Sietecase (RS): Escribo poesía y creo que es mi lado quizás menos conocido para el gran público, que me tiene más visible desde el punto de vista del periodismo, incluso desde la narrativa. La poesía siempre anda caminos más misteriosos, modestos. La poesía me acompaña desde los 16-17 años, escribo desde esa época. Muy vinculado a mi literatura estuvo la muerte de mi madre, en esos años, que me llevó a meterme bastante para adentro. Encontré en la poesía una especie de refugio y, después, se me fue haciendo algo tan habitual como respirar, prácticamente, y no estoy exagerando. Suelo decir que puedo dejar de hacer periodismo, de escribir narrativa, pero es muy difícil que deje de escribir poesía. Para mí, el arte poético tiene que ver con eso, casi con una necesidad, es una cosa que no implica ni meditación, ni preparación. Está conmigo, me acompaña, incluso cuando no hago poesía. Concuerdo con lo que decía Leopoldo Marechal que ser poeta no implica necesariamente escribir, mandar criaturas poéticas al mundo, sino es casi un modo de vivir, de estar, de entenderse con las cosas, de ejercer el idioma, de tener cierta disidencia con el entorno. Lo entiendo así, como un acto de primera necesidad.

Hernán Dobry (HD): En cómo esconder un elefante te preguntás, primero, “¿para qué sirve un elefante?” Y te respondés: “Es igual a un poeta, no sirve para nada”. Es muy fuerte por lo que venís diciendo, que no podés dejar de escribir poesía y, por el otro lado, que un poeta no sirve para nada.
RS: Ahí, está el juego, tomo una idea de la inutilidad del arte, en general. Ese poema que lo uso para abrir el libro “Lengua sucia”, por eso, porque es toda una definición. Isidoro Blaistein lo planteaba muy bien e ingeniosa. Decía: “Todo arte es inútil, toda poesía es inútil y por consiguiente, todo poeta es inútil y para algunos familiares de un poeta, un poeta es un inútil”. Él lo decía con este humor, pero en el fondo, esa inutilidad es imprescindible. Hay una suerte de inutilidad que tiene el arte en cuanto a no sirve para los parámetros que tiene el mundo actual: el capitalismo, el mundo moderno que le busca una utilidad inmediata a todo. Pero, paralelamente, contiene, conlleva esa utilidad de lo necesario, pero no de lo necesario para lograr un fin, sino para vivir. Así que el juego está puesto ahí. Es esa inutilidad tan útil, si se quiere, por lo menos para las personas sensibles, que se pueden detener a escuchar un poema, o música. ¿Qué utilidad tiene en ese criterio una sonata o un solo de guitarra? Creo que pasa por ahí.

HD: En la introducción del libro decías que escribir poesía es una experiencia mística, un acto de fe en la palabra, el gesto inútil de quien arroja una botella al mar y lo último que quiere es ser rescatado ¿por qué sentís esa sensación de que no querés ser rescatado de eso?
RS: Tiene que ver con lo que te contaba antes. Ese ejercicio del arte poético en el fondo conlleva una suerte de derrota, en principio. Escribir desde un lugar donde hay un rédito posible en la poesía. No hay ningún rédito posible. Cuando juegan los poetas, algunas veces, con la idea de que la poesía no se vende. En realidad, no es que no solo no transige sino que su difusión es escasa, es como suelo decir en mi programa de radio: es para la inmensa minoría, es escribir con la convicción, como diría Mario Trejo, de que es para un círculo muy pequeño de gente que, a su vez, uno imagina como una multitud, pero es la que él ubicaba en la trasnoche de un cine o en la cantidad de parroquianos en un bar, o un grupo de amigos en una casa. Eso para mí le da una independencia y libertad enorme al poeta. Es poeta porque no tiene otro remedio, porque no tiene otro camino, otro destino. No porque eso es una plataforma para algo. Eso que parece una debilidad, para mí en esa debilidad está su fortaleza. Por eso, digo que es casi una experiencia mística. Es lo necesario. Es así. No le encuentro otro formato a ese ejercicio. Un ejercicio de una inutilidad de una intimidad que lo hace muy poderosa, muy potente.

Si querés ver o escuchar la entrevista completa que le realizaron Hernán y Mario Dobry al poeta y periodista Reynaldo Sietecase en su programa “Letras y corcheas”, que se emite por Eco Medios AM 1220 los jueves a las 22, hacé clic en los banners.

Dejá un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *