Hernán Dobry

Historias y noticias

Bibliocritico

21 octubre, 2014

La prostitución judía en la Argentina.

La comunidad judía argentina está repleta de tabúes a lo largo de su historia, temas de los que mejor no hay que hablar: la actuación de sus dirigentes durante la última dictadura o el rol de sus directivos tras el atentado a la sede de la AMIA. Pero hay uno que ya aparece olvidado en el tiempo, pero que aún genera escozor en sus miembros: la trata de blancas y la prostitución durante las primeras décadas del siglo XX.

Justamente, desempolvar esta asunto fue la tarea que encaró el periodista Larry Levy cuando decidió empezar la investigación que terminó plasmando en su libro “La mancha de la Migdal: Historia de la prostitución judía en la Argentina”.

En sus páginas, el autor describe cómo fue la génesis de este negocio dentro de la comunidad judía, desde sus comienzos a mediados del siglo XIX hasta su declinación a finales de la década del ’30, lo que no implica que no haya habido casos que continuaran con esta práctica luego de esa fecha.

“En ese período se puso en marcha una poderosa maquinaria de persuasión y engaño, de la que fueron víctimas cientos de jóvenes mujeres, en su mayoría pobres campesinas polacas, muchas menores de edad, ilusionadas con un futuro mejor que el que les deparaba su desbastado territorio natal. Pero en lugar de los idílicos romances prometidos por siniestros príncipes azules las aguardaba en la Argentina un inimaginable infierno de sometimiento, brutalidad y esclavización”, señala el Levy.

Pero, también, deja a las claras la disputa interna que había dentro de la propia colectividad sobre qué hacer con estos personajes a los que se los conocía como “rufianes”
ya que querían ser incluidos como miembros de las instituciones y enterrados en el cementerio israelita.

Las pujas no tardaron en aparecer. Muchas veces eran expulsados de la sinagoga y, en menor medida del teatro idish (porque solían ser los que lo financiaban). Pero la brecha más grande fue tuvo que ver con la sepultura, porque había facciones que los consideraban “impuros” y que no podían descansar junto a los demás.

Los “rufianes” terminaron fundado su propia comunidad: La Sociedad Israelita de Socorros Mutuos Varsovia, que luego cambiaría de nombre por el de uno de sus presidentes, Luis (Zwi) Migdal, que llegó a tener su propio cementerio en Avellaneda, provincia de Buenos Aires y una lujosa sede en la avenida Córdoba, donde funcionaba su sinagoga en la que celebraban oficios religiosos y casamientos.

Levy muestra en detalle la lucha interna dentro de la comunidad por intentar terminar con estos grupos pero, al mismo tiempo, cómo había sectores que aceptaban su dinero para algunas instituciones y hasta que los enterraran junto a los demás.

Esta situación también la trata Walter Tejblum en su reciente película documental “Malka, una chica de la Zwi Migdal”, donde muestra las divisiones internas en la Kehilá de Tucumán a la hora de tener que sepultarla en el cementerio comunitario (según lo que había pedido en su testamento) y aceptar la suma millonaria que le legó a la entidad ya que carecía de herederos.

Tanto el trabajo de Levy como el de Tejblum muestran cómo se intentó ocultar la problemática de la prostitución y la trata de blancas y dejar que el tiempo hiciera lo suyo y se olvidara lo ocurrido. La vergüenza y el temor de que sea usado como disparador para ataques antisemitas justificaron este accionar que ahora vuelve a salir a la luz con estas dos obras. La distancia de lo ocurrido abrirá, seguramente, un debate que aún se debe la comunidad judía argentina internamente.

Título:
“La mancha de la Migdal: Historia de la prostitución judía en la Argentina”
Autor: Larry Levy
Género: Historia
Editorial: Norma
Páginas: 299

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