“Mi objetivo es tener un público de aspectos amplios e ir buscando un lenguaje común que le sirva a todos”, dice Hugo Varela mientras sorbe un poco de café. El acento cordobés ha desaparecido después de más de veinte años de vivir en Buenos Aires. En ese tiempo estudió arquitectura trabajó en teatro de revista y music hall.

Los mozos del bar lo saludan al igual que lo hace la gente cuando ve pasar su figura esbelta. Sentado frente a la sala Pablo Picasso, del Complejo La Plaza, Varela habla y se ríe como si estuviera sobre el escenario y cada tanto mira hacia la entrada del teatro donde está presentando su espectáculo En desconcierto.

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