Hernán Dobry

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14 junio, 2019

“Lo jorobé a mi papá con mis ideas socialistas más de lo que era razonable”

“Mi crisis política con las ideas más socialistoides arranca allá por el año 72, estudiando economía, cuando todas esas cuestiones de la planificación centralizada y sus requerimientos me empezaron a parecer disparatadas”, afirma el ex ministro de Economía, Ricardo López Murphy en el programa “Voces y Memorias”, que se emite por Eco Medios AM 1220 Mhz.
Si bien el ex funcionario del gobierno de Fernando de la Rúa proviene de una familia profundamente radical, al punto de que su padrino fue Ricardo Balbín, durante su juventud simpatizó más con el socialismo que con el partido de Leandro Alem. Eso lo llevó a tener enfrentamientos con su propio padre, quien había sido diputado nacional y jefe de policía civil de Arturo Illia.
“Lo amargue a él y a sus amigos porque les discutía sus ideas, con mucho respeto, pero era muy tenaz, y muchas veces me desubicaba. Como tenían una gran simpatía por mí, me toleraban cosas, pero en algún momento me volvía un personaje molesto. En eso, lo jorobe a mi papá más de lo que era razonable”, explica.
En esos debates políticos, incluso, llegó mantener discusiones con el propio Balbín en reuniones del partido, en épocas en la que el radicalismo estaba proscripto por la Revolución Argentina. Sin embargo, su padrino lo dejaba hablar y, luego, le respondía con altura.
“Cada reunión cívica que se hacía era un drama, iba a jorobar, a cuestionarlo, a plantearle propuestas que eran todas de un tropicalismo en su inmadurez extraordinaria. Una vez, le dije que había que resolver los temas de la vivienda, la salud, la educación, el trabajo y que el Estado debía participar en todo dando instrucciones – recuerda -. Don Ricardo me frenó de manera inolvidable y me respondió: ‘Me parece que lo que usted está proponiendo es casi una penitenciaría, donde va a tener techo, biblioteca, educación, salud; lo que no va a tener es libertad’. Durante años, en cada asamblea del radicalismo que participaba, me perseguía con el argumento de que no viniera con la penitenciaria. Estuvo muy bien y me hizo muy bien, porque me obligó a reflexionar, después de aguantar todas las sandeces que le decía”.
López Murphy sostiene que su vinculación con el socialismo tiene su origen en el idealismo que se vivía con el desarrollo del laborismo israelí que, en la década del ‘60, tenía su gran auge con el desarrollo de los kibutzim.
“Estaba muy influido por muchos pensadores israelíes, con la idea del kibutz, del moshav, de la cooperación social exitosa, en la que se combinaban mecanismos del respeto de las libertades, la igualdad y la preservación de cierta racionalidad en la asignación de recursos – destaca -. Nunca estuve en una línea marxista leninista, con toda eso de eliminar el pluralismo, el estado laico, identificar el estado con el partido, con la iglesia o con la religión. Siempre rechacé esas cosas espontáneamente”.
Finalmente, sus estudios de economía lo terminaron de convencer de que esa ideología no encajaba con lo que estaba aprendiendo y decidió abandonarla, lo que le produjo una gran frustración.
“Todas estas cuestiones de la planificación centralizada y sus requerimientos me empezaron a parecer disparatadas. Cuando entendí el número de ecuaciones que había que resolver, me di cuenta de que era un disparate y comprendí rápidamente por qué eso fracasaba en los hechos y cuáles eran las limitaciones – concluye – Empecé ver que todos estos tipos eran unos charlatanes, el Che Guevara, Fidel Castro, Nikita Jruschov se comprometían a metas que eran imposibles. El Che decía que Cuba iba a superar el ingreso per cápita en 1980 a los Estados Unidos, un disparate que no tenían ni pies ni cabeza. No tenía la menor idea de lo que hablaba”.
Ricardo López Murphy es licenciado de Economía por la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), magister en Economía por la Universidad de Chicago. En su juventud, militó en Franja Morada, donde presidió el Centro de Estudiantes Económico de la UNLP.
Luego de abandonar a la UCR, en 2002, fundó el partido Recrear Para el Crecimiento, el cual permaneció hasta 2008 donde renunció por falta de transparencia en las internas.
Entre 2008 y 2011, lideró el movimiento de opinión Convergencia Federal en la Capital Federal y la Provincia de Buenos Aires.
En el ámbito privado, se desempeñó como consultor y asesor económico de empresas, inversores internacionales e instituciones financieras de la Argentina y en América Latina, destacándose su labor como consultor en el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
También, fue economista jefe de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas, (FIEL) y asesor de gabinete del presidente del Banco Central del Uruguay. Actualmente, preside la Fundación Cívico Republicana y fue electo presidente de la Red Liberal de América Latina.
Como docente, estuvo a cargo de la materia Política Económica 1 en la Facultad de Ciencias Económica de UNLP y de Finanzas Públicas de la Universidad de San Andrés. Hoy en día, es profesor de la Universidad del CEMA, donde ha sido incorporado como socio activo de esa sociedad. Además, de ser miembro del consejo académico de FIEL.
En 2005, publicó su libro “La nueva propuesta”. Durante su carrera, recibió varios galardones, entre ellos, el de Doctor honoris causa del CEMA y el premio Konex, en 1996.
Para revivir la entrevista que le realizó Hernán Dobry al Ricardo López Murphy en su programa “Voces y memorias”, que se emite por Eco Medios AM 1220 Mhz los martes a las 20, hacer clic en el banner.

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