Franco Luciani se ha ganado un lugar en la música popular argentina con un instrumento como la armónica, tan ligado al recuerdo eterno de Hugo Díaz, quien había sido su gran impulsor en las décadas del ’60 y ’70 y referente inevitable de todo aquel que desee ejecutarla en el país.
A fuerza de trabajo y virtuosismo, ha logrado dejar atrás la inevitable comparación y ha conseguido crear su propio sonido. Incluso, ha desafiado todo aquel que quisiera buscar similitudes entre ambos con el álbum “Tango improvisado” que grabó junto a José Colángelo, quién había acompañado a Díaz al piano durante tantos años. No sólo salieron airosos del proyecto, sino que, además, ganaron el premio Gardel.
Hernán Dobry (HD): ¿Qué te aportó desde lo profesional la grabación del disco con Colángelo?
Franco Luciani (FL): Muchas cosas. Esto es un goce y puede ser importante para el currículum, pero lo esencial es decir que aporta la música. Colángelo tiene una energía increíble, con Pablo y Leo nos sorprendemos de la juventud que tiene, se convierte en el pibe del trío. Lo que funciona es un concepto de pasarse la pelota constantemente. Con mi trío, decimos que es un maestro de partitura y de improvisación, tiene una onda tremenda y una energía. Esto es algo que venía disfrutando de antes, fue el pianista de los discazos de Hugo Díaz, por ejemplo, tocó con la orquesta de Leopoldo Federico cuando acompañaba a Julio Sosa, nada más y nada menos. Todo ese bagaje cuando uno está tocando subido a un proyecto es un goce y un aprendizaje. Esto es lo que queda, primero ver la actitud del maestro, una persona que tiene casi 80 años y tiene una energía increíble. Estábamos tocando una persona que transporta una historia como pocos y se dio una cosa realmente muy interesante: nos copamos mucho.
HD: ¿Qué fue lo que aprendiste con este disco?
FL: A esta altura, por ahí, no hay una cuestión técnica “mira este acorde”. El desarrollo sigue siempre y esas cosas empiezan a ser más de uno. Primero el aprendizaje es más directo, trabajaba en los discos de Hugo y me rompían la cabeza, ahora uno lo tiene al lado, la energía es distinta. Es un aprendizaje por el lado de la energía, no es explicarlo de manera técnica y teórica. Insisto en que es un aprendizaje ver a una persona con tanta energía y decir: “pucha, ojalá uno tenga todo este camino”, es la mitad de mi vida, tengo casi 40 años. Este es un ejemplo que trasciende lo musical, es un ejemplo de vida general y conceptual.
HD: ¿Cuál el concepto que usaron para escoger los temas y, luego, para su ordenamiento?
FL: Tiene un concepto de armado y es muy interesante, fue consciente. Nos encontramos por primera vez con el maestro en un homenaje a Hugo Díaz, que hizo mi hermana musical Maggie Diaz, directora de una radio nacional folclórica, productora y demás. Muchas veces, habíamos tocado juntos recreando un poco la época en la que Hugo tocaba con su mujer, la madre de Maggie y era esa cosa de ir con la voz y la armónica. Cuando hicimos este homenaje, se trató de que abarcara todo lo que se pudier: los discos de jazz, tango, instrumental, los que son con Victoria Diaz. Lo logramos, se hicieron todas las secciones y, en la de tango, estuvo Conlángelo. La primera vez que tocamos fue en 2017, ahí jugamos con temas de Gardel y quedó una onda y unas ganas bárbaras. Pasaron dos años y en el Festival de Tango Internacional de la Ciudad de Buenos Aires de 2019 hicimos el concierto de gala. Fue tremendo y un marco maravilloso. Ahí, se encontró mi trío con el quinteto del maestro e hicimos una sesión sumándonos. Tocamos esos temas y algo más, después hicimos un cierre todos juntos y algo más también. Nos quedaron unas ganas tremendas y, ahí, estuvo muy bien Maggie, que es la productora del disco, quien nos dijo: “ya grabamos esto”. Además, tuvimos suerte con el calendario, grabamos en enero de 2020, porque sino no sé cuándo lo íbamos a poder hacer. Cuando decidimos grabar pensamos: Esto va a ser un guiño a esas grabaciones. Ya habíamos hecho el homenaje, en ese guiño está la elección de los temas. La elección fue tatar de grabar de la misma manera que eran esas sesiones. Muchas eran una cosa espectacular, unos personajes, dijimos: Tomemos dos tardes y grabemos. Nos sentamos con el maestro pensamos en temas que por ahí se hubieran grabado también en esa época. Hay tangos viejos y no tan viejos, queríamos saber cómo hubiese sido si hubieran grabado un tango más. Entonces hay dos Troilos, ellos lo habían grabado mucho, primero por el maestro y por más que la poesía es hermosa, es buenísima para grabar instrumental. Buscamos en el disco de Gardel y habían grabado todos los clásicos menos “Golondrinas” y lo incluimos. Fuimos buscando todas esas piezas. Grabamos dos temas que nos pertenecen, uno del maestro y uno mío e hice de estribillista en dos. Así fue como lo pensamos. A la hora del orden de los discos uno le pone mucho empeño, aunque sabemos que hoy está cada vez más rápido. Pensamos en empezar con un tango clásico como “Barrio Tango” y, a partir de ahí, nos fijamos que varíen en nivel época, tonalidad y calidad de la tonalidad. Si se dan dos temas en tono mayor seguido no pasa nada, pero uno busca que haya un cierto ida y vuelta. Que nuestros temas no estuvieran pegados.
HD: ¿Cuál fue el aporte del Portugués Da Silva en el disco?
FL: Fue fundamental, porque hay laburos que son de los profesionales. Soy muy respetuoso de que cada uno haga lo suyo. Juan Acedo fue quién lo grabó y es de otra generación más joven, más que el Portugués o que su padre que fue autor del guion. Tuvimos la mezcla del Portugués, en este caso quisimos que fuera en el estudio, con la misma bandeja y fue tremendo. Él sabe hacerlo sonar como tiene que sonar, que tenga la fidelidad. A veces, el piano, la armónica y el contrabajo van a sonar, pero existe un cuidado de la fidelidad y de género. El Portugués grabó discos de todos los géneros en todo el mundo y su aporte es fundamental. Es un nombre propio, una estrella en lo que hace, un tipo muy humilde. Fue la cereza del postre que lo hiciera. Nos encanta como suenan los discos con él.
HD: Es esa mano invisible en el disco final, que si trabajaras con otro no se daría…
FL: O se daría de otra manera. Las generaciones se renuevan, pero él tiene demasiada información, mucha historia, muchos artistas, principalmente, en ese mismo estudio. Hubo todo un concepto que va desde el repertorio a la universalidad de la estética que se le busca a este disco.
HD: Tocaste a Gardel, Troilo y, también, a Piazzolla, ¿cómo te sentís con la música piazzolleana dada la similitud de origen que hay entre la armónica y el bandoneón?
FL: Está bueno esto que decís, cuando yo grabé “Armónica y Tango”, este “Tango Improvisado”, hay mucho repertorio que podría ser el de un cantor. La armónica puede jugar mucho lo instrumental, pero, también, pensando los giros de algo que sería cantado. Piazzolla es otra cosa, a mí me encanta, lo toco hace mucho tiempo con la armónica, desde 2006. Después, grabé algo más eléctrico que fue “Violentango”. Siempre estuvo muy presente. He hecho cosas que me han gratificado mucho, una versión que grabé con Lito Vitale, ser parte del Piazzolla Konex, ahora está un poco frenado por todas estas cosas, pero en el anterior estuve con el quinteto y use la armónica en vez del bandoneón. La armónica le queda muy bien. Piazzolla antes que un bandoneón, quería una armónica cromática y así meterse el instrumento en el bolsillo y poder salir a tocar. El padre le regaló un bandoneón y él no quería eso. Sigo haciendo cosas suyas y vamos a hacer algunas con el maestro. El maestro tiene un toque diferente a los pianistas de Astor, pero él era muy amplio. De hecho, me gusta esto que hice en una versión de “Lo Que Vendrá”, es un concepto de dos arreglos que tuvo Piazzolla, y le da mucho espacio a la improvisación. A medida que iban avanzando los tiempos Piazzolla improvisaba mucho más, por eso es un músico clásico, académico, contemporáneo, de jazz. Él decía que hacía música contemporánea de la Ciudad de Buenos Aires, pero obviamente con un tronco tanguero. Siempre mi parte piazzollera ha sido muy considerada. No hice nada de Piazzolla solo y, quizás, si no hubiera pasado la cuarentena este disco salía antes y en 2021 podía haber pensado en un disco de Astor. Se hicieron ya tantos discos de Astor, pero a mí me encantaría hacer uno.
Para revivir la entrevista que le realizó Hernán Dobry al armonicista Franco Luciani en su programa “Voces y memorias”, que se emite por Eco Medios AM 1220 los martes a las 20, haga clic en los banners.
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