Hernán Dobry

Historias y noticias

Radio

11 junio, 2020

“Ser corresponsal de guerra me sirvió para entender quiénes y por qué somos así”

“A la guerra, van los periodistas profesionales y los aventureros. Los últimos o se convierten en profesionales o pierden la vida a los tres días”, afirma Gustavo Sierra, quien fuera corresponsal en los conflictos bélicos de Afganistán e Irak, en el programa “Voces y memorias” por Eco Medios AM 1220.
Por eso, siempre estudió antes de viajar recabando información histórica y política de la problemática que debía cubrir en cada uno de esos lugares, además de mentalizarse personalmente y con su familia sobre el desafío que le tocaba afrontar.
“Me preparo para una cobertura de guerra estudiando porque no podés estar en una situación como esa pensando cómo empezás la nota. Lo hacés hasta donde podés, porque el resto es improvisación. Es como el músico de jazz. Ninguno sabe cómo va a reaccionar cuando está en juego la vida y la muerte – explica -. Tenés que hacer el mejor trabajo profesional, tomando riesgos, pero con alguna lógica, porque perdés la vida. Por eso, debés contar con una preparación psicológica que involucra a toda tu familia y mucha responsabilidad sobre tus hombros”.
Pese a saber de estos riesgos, él mismo pidió en el diario Clarín ir a Afganistán luego de enterarse de que los Estados Unidos vengarían los ataques a las Torres Gemelas con conflicto bélico. Esa adrenalina y poder transmitirle a la audiencia lo que estaba ocurriendo en esas situaciones extremas, lo atraía más que quedarse sentado en su escritorio escribiendo artículos sobre el tema.
“Me estaba aburriendo mucho en la redacción y pedí ir a Afganistán para cubrir la invasión estadounidense. Desde el punto de vista periodístico, una guerra es un momento extraordinario para contar – destaca -. El periodismo es algo muy simple: es ir averiguar, conseguir información y contarla en forma atractiva para que el otro lo escuche. Uno tiene que tratar de trasladar al oyente, lector o televidente al lugar adonde están ocurriendo las cosas”.
Por eso, no pierde ocasión para desmitificar la idea que el cine ha dejado entre la gente de que los enviados especiales están alejados de los combates y peligros que implica un conflicto bélico.
“De la guerra, tenemos la imagen de Hollywood donde en dos horas pasa todo, pero en realidad pasa eso en un mes. Las películas nos ponen a los periodistas tomando un Daikiri en un hotel y nada de todo esto es así – resalta -. Nuestra misión es que la gente entienda lo que está pasando ahí y que la guerra no es más que muerte y destrucción y que no se llega a nada más que eso. Allí, el ser humano está caminando entre la vida y la muerte y, por lo tanto, es más auténtico. O tomás una distancia prudencial de lo que está viviendo o vas a tener que llevarte parte de todo eso después en la mochila. Ser corresponsal de guerra me sirvió para entender quiénes y por qué somo así”.
Sin embargo, toda esta adrenalina y el vivir constantemente al límite tiene sus consecuencias para quienes deben encarar este tipo de cobertura a la hora de regresar a la vida cotidiana, algo que, muchas veces, es desconocido y subestimado por amigos y colegas.
“Cuando volvés tenés una mochila pesada: el estrés post traumático. Todos los civiles lo sufren y los periodistas no estamos exentos. En tu casa, tenés que disimular todo porque no podés cargar a tu familia de muchas de esas cosas – concluye -. Muchos de mis compañeros corresponsales de guerra españoles, italianos, portugueses tuvieron problemas graves: alcoholismo y depresiones. Yo tuve depresión y fui a tratarme…y se supera. Ahora, puedo charlar de todo esto sin la carga que tenía antes. En una redacción, es muy difícil de hablar de estos temas porque te toman como el loco de la guerra y porque no lo entienden”.
Gustavo Sierra estudió periodismo en el Instituto Grafotécnico e hizo una maestría en Comunicaciones en la Universidad de Boston. Trabajó en medios como Clarín, Univisión, Telemundo, NBC-Canal de Noticias, CBS, y Telenoticias y America24.
A su vez, fue editor del servicio latinoamericano de Associated Press en Nueva York, jefe de redacción del primer servicio de CNN en Español y corresponsal de varios medios argentinos e internacionales en Londres, Nueva York, Washington, Los Angeles, Buenos Aires y Santiago de Chile.
Cubrió las guerras de Afganistán e Irak, entró en el campo de prisioneros de Guantánamo, siguió los pasos de Osama bin Laden en la frontera afgano-paquistaní y se desempeñó como acreditado en la Casa Blanca.
Entre sus libros, se destacan “Bajo las bombas”, “Kabul, Bagdad, Teherán”, “El cartel de Bagram”, “Sinaloa-Medellín-Rosario”, “Los chicos del ISIS”, “El 68”.
Durante su carrera, recibió premios como el Moors Cabot, de la Columbia University, el FOPEA, el de la Asociación de Corresponsales Extranjeros de España, el del Congreso Iberoamericano de Periodismo Digital y el de la Fundación Wellington, el Konex, el SIP/Wall Street Journal y el Buenos Aires Herald y obtuvo la beca Hubert H. Humphrey para el Entendimiento Norte-Sur.
Para revivir la entrevista que le realizó Hernán Dobry al periodista Gustavo Sierra en su programa “Voces y memorias”, que se emite por Eco Medios AM 1220 los martes a las 20, hacer clic en los banners.

Dejá un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *